Cosas, horteradas, vigas, etc. Todo eso se empeñan los arquitectos en conservar.
El Colegio de Arquitectos se ha pronunciado sobre el Puente Rojo de la Gran Vía y abogan por su mantenimiento por tratarse de un hito de la ciudad.
Sonia Castedo, que además de ser una categoría por sí misma de este blog, es la concejala de urbanismo del Ayuntamiento de Alicante, debe de pensar que un hito es una especie de enfermedad y que los hitos hay que extirparlos.
No es la primera vez que Sonia Castedo se pasa el criterio de los arquitectos por el forro de salva sea la parte. A Sonia Castedo, ya hemos hablado de ello, le gusta derribar cosas más que chuparse los dedos cuando come cigalas, así que, si a esta señora se le mete entre ceja y ceja el Puente Rojo, que tiemble Alicante.
Que la zona de San Blas ha quedado muy «moderna» y «urbanizada», no lo pone en duda nadie.
¡Qué alegria para la Castedo ver como los Salesianos y los Maristas se han quedado en elc entro neurálgico de la zona!
Sin embargo, la futura alcaldesa tiene que hacer la casa por los cimientos, y no al revés.
Si quitas el Puente Rojo, pero no soterras las vías…. ¡como coño se pasa a San Blas!
Y para soterrar las vías, primero habrá que ponerse de acuerdo cómos e hace, porque ni los mismos arquitectos que llevan el proyecto se aclaran.
No sé…. todo esto me huele que va para rato.
Dejando a un lado el enorme sentimentalismo que me une a ese puente (en el que eché mis primeros kikis con mi novia, actual mujer), pienso que para quitarlo, habrá que hacer una ruta alternativa.
Aunque como dice usted, amigo Alfredo, viniendo de la Castedo, nos podemos esperar cualquier cosa.
¡¡¡¡FELICIDADES POR EL BLOG!!!!
Cada día me gusta más
Juanjo, muchas gracias por tu comentario y por la felicitación.
Es cierto, el proyecto de soterramiento cada día se retrasa un poco más, por una razón o por otra. No dudo de que se trata de una empresa complicada, pero la verdad es ya parece que se está alargando demasiado.
No sólo se trata del proyecto de soterramiento y de las incomodidades que provoca a los vecinos, se trata también de la imagen que la ciudad da cuando un visitante accede a ella por tren. El soterramiento significaría la dignificación de la zona y la eliminación de una barrera que separa la ciudad en dos desde la Estación de Madrid.