Alicante y las elecciones generales

Por fin pasaron ya las elecciones. Ya se han acabado las promesas, los reproches y los actos de campaña. Aún teniendo en cuenta cómo es la política española, ya ha vuelto la normalidad.

El balance de las elecciones en la Comunitat Valenciana y en la provincia de Alicante no permite ninguna duda: el PP valenciano ha ganado las elecciones y el PSPV las ha perdido, EU se deshace en el bipartidismo; o sea, ninguna novedad.

Hoy publica INFORMACIÓN un artículo en el que recoge las reacciones de las diferentes asociaciones empresariales alicantinas. Me paro a analizar las declaraciones del Presidente de la patronal alicantina, COEPA.

Según la patronal, el PSOE ha pagado en Alicante su gestión de gobierno, entendiendo que la derogación del trasvase del Ebro y la política de infrastructuras han perjudicado a la provincia de Alicante. Es discutible, desde luego. En cualquier caso, me sorprende una cuestión; según Modesto Crespo es bueno que los partidos nacionalistas hayan retrocedido. Lo que no explica la noticia es por qué piensa el señor Crespo que eso es bueno. 

El resto de representantes empresariales parecen coincidir en la necesidad de acuerdos en los grandes temas que les preocupan -AVE, parón del sector inmobiliario, agua e infraestructuras.

No parece un mal punto de partida buscar los acuerdos en cuestiones centrales para el futuro de la Comunitat Valenciana y la provincia de Alicante.

Sin embargo, hablando de ello, parece que Franciso Camps no está dispuesto a llegar a ningún acuerdo y que, por tanto, no va a variar ni un centímetro su posición de estos cuatro años, así que el gozo de los empresarios valencianos en un pozo. El Molt Honorable resume sus reivindicaciones en:

  • Ejecución del Trasvase del Ebro. Ni agua desalada, ni ahorro, ni mejor gestión. Sólo el Trasvase del Ebro es la solución.
  • AVE para todos y, para València, más. No importa que las obras se estén ejecutando, sólo importa repetir la consigna.
  • Nuevo marco de financiación autonómica -somos un millón de valencianos más. Dice que Camps que va a recoger firmas para conseguir un nuevo marco de financiación autonómica y que ese dinero va a ir a sanidad y educación. Dice Camps que, el que no firme, está en contra de las políticas sociales. Al pobre Camps, de no usar el cargo para nada, se le olvida que es President de la Generalitat y que hay foros en los que negociar esa cuestión de manera bilateral y multilateral con el Gobierno sin necesidad de poner mesas petitorias.

 

Las chicas de la cruz roja

Estas tres reivindicaciones, como los mandamientos, se resumen en uno solo que ha de repetirse a modo de mantra. Repeat after me: el PSOE y el Gobierno de España odian y marginan a los valencianos.

Por cierto, que algunas voces apuntan a Camps como sucesor de Rajoy y hombre fuerte del PP. Y yo me pregunto ¿es buena idea? ¡Camps tiene como modelo político a un alcalde sospechoso de haber trincado dinero de la caja en Torrevieja!

Las elecciones generales han servido también para constatar que el PSPV tiene problemas, no levanta el vuelo ni en los municipios alicantinos en los que es gobierno municipal. La cosa es grave, en muchos casos, incluso pierde la partida contra el PP. 

Así que, se impone la catarsis y la renovación que el PSPV decidió aparcar hasta después de las generales y que ahora retrasan hasta después de la Semana Santa, sin prisas. Jordi Sevilla, Leire Pajín o Jorge Alarte son algunas de las caras que podrían encabezar el próximo cartel electoral socialista en las autonómicas valencianas, pero la cuestión es de ideas no de caras.

Si el PSPV centra su renovación en substituir una cara por otra, seguirá el mismo camino que ha seguido desde mediados de la década pasada, el de la oposición.

La gran virtud del Partido Popular en la Comunitat Valenciana es que ha sido capaz de atraer el voto de los ciudadanos aparentando que se enfrenta a sus problemas reales, haciendo del defecto virtud.

Pongamos un ejemplo, la Comunitat Valenciana es una de las que en mayor medida está sufriendo la crisis del sector inmobiliario.

El problema tiene un origen claro: durante todos estos años el crecimiento económico valenciano ha estado centrado casi exclusivamente en la construcción y los servicios que de ella se derivan.

Ha sido la propia Administración Pública valenciana quien ha permitido que eso sea así, impulsando macroproyectos urbanísticos como Marina D’Or, o permitiendo toda clase de desmanes urbanísticos en los municipios valencianos en pos de un modelo de crecimiento económico basado en el monocultivo, y desatendiendo otros sectores tradicionales de la economía valenciana que, hoy, atraviesan una crisis cuyos orígenes se remontan muchos años atrás.

Cuando llegan los problemas, la administración pública mira hacia otro lado y reclama soluciones a los problemas que ella misma ha creado o que ha permitido. Si esas soluciones no llegan rápido, se lamenta, patalea y entona el mantra:

Todos juntos: el PSOE y el Gobierno de España odian y marginan a los valencianos.

La eterna reivindicación del agua para todos también tiene su origen en el desorbitado crecimiento urbanístico valenciano. Los problemas de abastecimiento de agua no tienen sólo que ver con las necesidades de los regantes de la Vega Baja del Segura -importantes, desde luego- sino que en gran medida tienen su origen en las necesidades absurdas de un crecimiento urbanístico innecesario.

Sin embargo, el mantra del PP ha calado y los propios agricultores lo han incorporado a sus reivindicaciones en un modelo que triunfa y que se extiende. Es como una venda que tapa los ojos de todos pero que, sin embargo, a todos permite la clarividencia.

Ante ello, el PSPV se ha mostrado incapaz de reaccionar. Durante los cuatro últimos años no ha sido capaz de contrarestar el efecto del discurso del PP con un discurso que pusiera el acento en el excesivo papel del sector inmobiliario en la economía valenciana, que resaltara los esfuerzos del Gobierno para abastecer de agua a la Comunitat con alternativas al Trasvase del Ebro, que pusiera a las claras el alto nivel de inversión en infraestructuras del Ministerio de Fomento, que destapara los sucesivos boicots de la Generalitat Valenciana a las leyes sociales del ejecutivo, que pusiera de manifiesto las carencias de los sistemas públicos de salud y educación valencianos, etc.

Ante esa incapacidad, el discurso falaz, engañoso, xenófobo, anticatalanista, costumbrista, victimista, alarmista del PP ha calado en una sociedad que se enfrenta a retos para los que los partidos progresistas están mejor equipados desde el punto de vista ideológico y de puesta en marcha de políticas públicas, pero que vota PP.


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Agua para todos (en el hoyo del campo del golf)

Recupero, para hoy, dos cartas al director que envié, en mayo y julio de 2005, a Información. Lo hago a propósito de la vuelta a la escena política -si es que alguna vez se marchó- del debate sobre el trasvase del Ebro y el agua para todos del Consell.

Por si no lo habían intuido ya, se lo diré: la Comunidad Valenciana es el territorio de la paradoja. Mientras el Consell se queja del efecto de la sequía en la Comunidad, critica la paralización del trasvase del Ebro, la falta de solidaridad de las otras CCAA en este sentido, y Francesc Camps habla pestes del Presidente del Gobierno dos días después de ir a Madrid a entrevistarse con él, Rafael Blasco, Conseller de Territori, está enfrascado en una campaña de promoción del golf en nuestra tierra. ¿Ustedes lo entienden? Blasco ha hablado incluso de la creación de empresas mixtas para el desarrollo del modelo de turismo-golf cuyo objetivo sería la captación de fondos europeos.

Mientras tanto, Camps acusó ayer al Gobierno de cercenar la personalidad de los valencianos y el desarrollo económico y la competitividad de la Comunidad a razón de la falta de agua. Yo no lo entiendo.

Si para regar los campos de golf es necesario depurar agua, ¿no sería más lógico que el Consell se enfrascara en proyectos de futuro para incrementar los niveles de depuración y utilizar el agua resultante para tratar de solucionar la falta de agua endémica de nuestra tierra? ¿o que el Consell dedicara sus esfuerzos a la creación de empresas mixtas susceptibles de recaudar fondos europeos que aseguren el futuro de los ciudadanos en aquellos ámbitos en los que tradicionalmente hemos sido más competitivos -calzado, muebles, textil…- y que necesitan una inyección urgente en I+D+i? ¿o que los esfuerzos en innovación se produjeran en el campo valenciano, no en el campo de golf?

¿No sería mejor que las broncas políticas se diesen por temas un poco más serios y más coherentes? Al final a nadie se le escapa que el Consell quiere construir campos de golf, por eso no parece justa la reivindicación valenciana. La consigna parece haber cambiado: Agua para todos en el hoyo 18.

La de Julio de 2005. 

Los regantes murcianos, secundados por sus compañeros de Alicante y Almería, se manifiestan en Murcia para exigir un trasvase Tajo-Segura mayor; los manchegos y su gobierno se vienen quejando por el volumen de agua trasvasado; el Partido Popular, en la Comunidad Valenciana, en Murcia, en Andalucía, a nivel nacional, aprovecha la coyuntura para encaramarse a la pancarta y hacerse suya la protesta; y el Gobierno tampoco es capaz de enfriar los ánimos que el PP caldea.

Aunque está bien que los ciudadanos reclamen lo que creen que es justo o que los partidos políticos aprovechen a su favor esas demandas, no es adecuado que estos últimos contribuyan a la confusión entre churras y merinas, sin aportar solución alguna, y distrayendo la atención de los verdaderos problemas.

El agua y su gestión, su conservación, su tratamiento, su escasez, su valor, su necesidad… siguen sin ser, desde mi punto de vista, el tema central de todo esto. Son necesarios más recursos hídricos, eso es evidente, pero en ninguna parte está escrito que la única solución sean los trasvases, y eso el PP lo sabe pero no lo dice.

Hay que ahorrar agua, reducir las superficies de regadío, reciclar todo el caudal posible, desalar la mayor cantidad de agua que los ecosistemas marinos permitan absorber, censar y proteger los acuíferos, repoblar los montes y cuidar ríos como el Segura, auténtico ejemplo de desastre fluvial, racionalizar el desarrollo urbanístico… Las soluciones son múltiples pero sobre todo hay que hacer pedagogía hídrica y cuidar hasta la última gota de agua disponible. Los próximos años serán duros, así que cuanto antes hagamos el trabajo que nadie ha hecho hasta ahora, mucho mejor, y menos réditos políticos se podrán obtener.

Bueno, pues las cosas, si fa no fa, siguen exactamente igual. Con la diferencia de que, en el PP, el discurso ya no es tan unívoco -recordad a Pizarro diciendo que él no se opone y al PP de Aragón replicando que ni hablar del peluquín- y, en el PSOE aún están por demostrar las bondades de su programa AGUA.

agua

En fin, que no hay política hídrica que valga, la cuestión es desarmar al adversario y dejarlo en cueros.

Mientras, Fabra, sigue a lo suyo, que no es poco. Parece que es el único que lo tiene claro, si algo debe importar a la hora de pagar un sueldo millonario a un empleado de la Administración Pública eso es el handicap que éste tenga. Sin complejos, que luego se suben a las barbas.

El que también sigue a lo suyo es Jack Alperi Sparrow, el corsario alicantino. Ayer el Alcalde sacó la espada y no dejó títere con cabeza, llamó mentiroso al Secretario de Estado de Infraestructuras, fantasma a Manuel Alcaraz y obvió que la ley tiene unos plazos -a Alperi la ley- para anunciar que el PGOU estará listo este año. Con un par. También acusó a los demás de ser los culpables del retraso económico alicantino. Alperi y Castedo tienen muy buenas ideas para relanzar la economía alicantina. Su intención es convertir en dependientes de tiendas de centro comercial al 80% de la población alicantina, el 20% restante construirá los centros comerciales.

Dos buena noticias, para variar. La primera, que un ciudadano anónimo se acercó el otro día a la Goteta y replantó con dos almendros el memorial que fue plantado el 20 de enero. La segunda, que los compañeros de Alicante Vivo han ganado el premio del Secretariado de Cultura de la UA al mejor blog cultural de 2007. Son unos maestros.


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El hoyo de Castellón

La mayor parte de las instituciones públicas valencianas dan asco. Los dirigentes de la mayor parte de las instituciones públicas valencianas dan vergüenza ajena y nos ponen a la altura del betún. Cada día se desayuna, o se merienda, uno con una noticia más grotesca o con un titular rocambolesco.

El titular está hoy en Castellón -pero podría estar en Alicante o en Valencia- y la protagoniza, como no, Carlos Fabra y un notición.

La Generalitat Valenciana llevará a FITUR, como gran apuesta turística de la ciudad de Castellón un torneo de golf que patrocina la Generalitat y que se organiza en el club de golf del que Fabra -Dios mío qué casualidad tan grande- preside el Consejo de Administración.

Fabra está muy unido al campo de golf en cuestión. Tanto que adquirió varias parcelas en la urbanización del campo -a buen precio, imagino- y fue allí donde le dijeron que le había tocado la lotería del Niño –EL PAÍS dixit.

Bueno pues a Fabra parece que le ha vuelto a tocar la lotería en el campo de golf. !Qué buena suerte tiene este hombre, por Dios! La Madalena lo ha debido de mirar con el ojo bueno.

El presupuesto del asunto, seis millones de euros, de los cuales dos irán a premios. Y los otros cuatro, pues a pagar la visita del Papa, digo yo, que todavía no se sabe muy bien cuánto a costado, o a los bolsillos de los acólitos de Fabra, del propio Fabra, o qué sé yo. ¿A quién le importa ya eso?

El President de la Generalitat tiene el poco decoro, además, de presentar el torneo personalmente y de compararlo a la Fórmula 1, que ya se sabe que la fórmula del café para todos funciona muy bien en esta Comunitat Valenciana. Pero la cuestión es que los valencianos nos conformamos con circo que nos distraiga mientras pasa la vida, pasan los años, pasan los pelotazos, pasan los tejemanejes, pasa toda la porquería que nos quieran dar de comer.

Somos felices, ¿quién no lo sería? vivimos en la tierra de las oportunidades.

Cemento y Vella Lucentina

La cuestión de hoy es doble. Por una parte, hoy Información publica que la Autoridad Portuaria de Alicante ha decidido no considerar ninguna de las alegaciones negativas que se han presentado a la proyecto de instalación de silos de cement. Las positivas, por lo que parece, las acepta todas.

Si finalmente el proyecto triunfa, confiemos en que no lo haga, los hoteleros de Alicante tendrán una razón más para ir preocupándose por sus negocios. Con o sin silos, el propio sector confiesa que la ciudad no tiene excesivos atractivos turísticos y que el hecho de tener el mejor clima del Mediterráneo no es suficiente ya. Es una lástima, Alicante es una ciudad llena de potencialidades que, poco a poco se van perdiendo.

De cemento también va la segunda parte del post. Os quiero presentar hoy a la Vella Lucentina, una crucífera endémica de la zona centro de la provincia de Alicante en grave peligro de extinción.

Vella Lucentina

El Ayuntamiento de San Vicente tiene previsto construir un campo de golf en la zona de El Sabinar que acabaría con el 60% del hábitat de la planta en cuestión. El proyecto, inexplicablemente, cuenta con el dictamen favorable de la Conselleria de Medi Ambient y el Ayuntamiento de San Vicente defiende la necesidad de aprobarlo por el coste que conllevaría no ejecutar la obra.

La alcaldesa de San Vicente, Luisa Pastor, aduce que los promotores han puesto capital a riesgo y que (sic) «no al proyecto no sería gratis» ya que habría que desembolsar una gran cantidad de dinero como compensación.

Aquí está el dilema: ¿qué tiene mayor coste? ¿la desaparición de la plantita en cuestión o el coste económico de la no ejecución del proyecto?

Personalmente, creo que el precio mayor es el de acabar con la plantita. Me explico. Dentro de unos años, cuando el abastecimiento de agua a los campos de golf que hemos ido construyendo durante todos estos años sea inviable o, simplemente, si no hay suficientes jugadores de golf en el mundo para llenar todos nuestros campos, deberemos replantear su actividad, abandonarlos o cerrarlos. La plantita, por su parte, ya habrá desaparecido y el precio de su desparición lo habremos pagado todos también. ¿De qué sirve elaborar planes de conservación si estos planes no se cumplen?

Una de cal y otra de arena

Bien, bien, nunca he sabido cuál es la buena y cuál es la mala, si la de cal o la de arena, así que lo dejo en vuestras manos. Hoy hay dos noticias que me han llamado la atención, para lo bueno y para lo malo, empezaré por lo bueno.

Mutxamel es un municipio ejemplar por muchas razones. Por ejemplo, el centro urbano del pueblo no ha crecido verticalmente como lo han hecho los de otros pueblos del Alacantí, sino que conserva las tradicionales casas de una o dos plantas; la valencianidad el municipio no se pone en duda, más al contrario, se conserva y mima; el crecimiento urbano es ordenado y limpio; la oferta cultural es extensa y muy variada… En fin, que me gusta Mutxamel. He leído en Información que ayer la finca El de Morote organizó una jornada en la que se recuperó la elaboración de aceite en la Huerta de Alicante tal como se hacía en el siglo XVII. La iniciativa partió del propietario de la finca, Tomás Ángel Pérez Aracil.

Por su parte, el Ayuntamiento de la villa de Sant Joan d’Alacant ha tomado la decisión de no dejar ni un sólo metro cuadrado del término municipal libre de la ordenación urbanística, llevándose por delante en su afán ordenador del territorio alguno de los pocos ejemplos que quedan de la Huerta de Alicante, como por ejemplo la partida de Fabraquer.

Para compensar la barbaridad, el edil de urbanismo, Pablo Celdrán, apunta que Sant Joan será el único municipio del área metropolitana de Alicante, que no tendrá un campo de golf. A Celdrán habría que decirle que mal de muchos, consuelo de tontos, y que, por mucho que se empeñe, no es un consuelo, que con o sin campo de golf, el proyecto es una locura.

¿Tradición vs. modernidad? parece que Sant Joan quiere tomar el camino de enmedio.

Benidorm

No soy de los que se tiran de los pelos cuando ve Benidorm. Si me preguntan, siempre digo que prefería un pueblo de pescadores a una ciudad de rascacielos, eso es evidente, pero ya hace mucho tiempo que ese Benidorm no existe. 

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Así que me conformo con lo que he conocido siempre y lo acepto. El skyline de Benidorm es reconocible, bien definido y hermoso. El modelo de crecimiento vertical de la ciudad es raro en la Comunitat Valenciana -crecemos sobre todo horizontalmente con nefastos resultados.

Benidorm ofrece al turista un tipo de servicios acordes con sus expectativas y recursos, variado, de calidad y a un precio razonable. Benidorm es, sin duda, el polo de atracción de un tipo de turismo de bajo presupuesto, pero extramadamente fiel y al que no le afecta demasiado la estacionalidad.

Benidorm es lo que es. De lo que se trata es de evitar que la ciudad sea sólo un parque de atracciones. En Benidorm cabe la Universidad, cabe la cultura, caben los grandes espectáculos, cabe un turismo de un nivel adquisitivo mayor, cabe la racionalización de las actividades turísticas, incluso cabe una oferta de golf prudente y sostenible.

El problema fundamental de Benidorm es Terra Mítica, así al menos lo veo yo. Si primero sirvió para enriquecer a quienes participaron en su construcción, ahora, los mismos, otros nuevos o ambos, se enriquecen con la urbanización de lo que fuera un enorme bosque de pino, el pulmón de la ciudad.

Sé positivamente cuáles son las razones para ello, pero no entiendo la complicidad de todos nosotros. No entiendo cómo todos callamos, todos celebramos el pelotazo, todos nos cerramos los ojos.

Las laderas de la montaña siguen creciendo y comiéndoselo todo. Hace unos años pasé unos días en una finca en Alfaç del Pi, rodeado de bancales de naranjas, de palmeras, de higueras, y que hoy no existe porque se lo ha tragado Benidorm y el crecimiento derivado de la construcción de Terra Mítica.

Todo cabe, nada importa y mientras el territorio desparece.

La patronal y el golf

La patronal alicantina, COEPA, tan acostumbrada a las grandes ideas y las iniciativas arriesgadas, novedosas y punteras, nos deleita hoy con una nueva idea para inyectar vitalidad a la economía alicantina:

«LA CONSTRUCCIÓN DE 34 NUEVOS CAMPOS DE GOLF DE AQUÍ AL 2020»

Toda una sorpresa, una iniciativa fresca, imaginativa, para relanzar nuestra economía. A quién le importa la industria del calzado, o la de los muebles, o las alfombras, o la industria que sea. A COEPA no le importa. 

Tampoco le importa a COEPA que no haya agua en la provincia. Le importa sólo que se construyan más campos de golf, más segundas residencias y que se despilfarren los recursos naturales, se modifiquen los paisajes y que a esta tierra no la conozca ni la madre que la parió.

Ahora sí, COEPA exige el trasvase, y le hace la pelota a los mismos que se oponen a la construcción de desaladoras.