La millor terreta del món

Cuando me preguntan sobre mi ciudad siempre digo que es un lugar muy bonito, con una luz especial, donde uno siempre se encuentra bien, con una temperatura perfecta durante la mayor parte del año, estupenda para el ocio, llena de gente amabilísima, con un pasado digno de ser recordado, y un futuro prometedor a pesar de todo.

Pero también digo que Alicante necesita que alguien la mime, que los alicantinos no la protegen lo suficiente, que las Administraciones Públicas no la cuidan, que pocos son los que se preocupan de ella de verdad y, menos aún, los que efectivamente se ponen manos a la obra para evitar que esa ciudad que existe aún hoy, desaparezca del todo mañana. 

Es difícil explicar las razones por las cuales Alicante se encuentra en la situación de abandono en la que se encuentra, es difícil encontrar la causa de la desidia de los ciudadanos ante la dejadez de los responsables políticos, resulta extraño explicar, por ejemplo, que el corazón histórico de la ciudad se caiga a pedazos o se quede sin actividad económica más allá de los pubs sin que pase nada. No es fácil tampoco explicar por qué la Estación de Murcia lleva dos décadas abandonada, o por qué el Ayuntamiento de Alicante desoye sistemáticamente los consejos de los arquitectos sobre conservación del patrimonio sin que la ciudad entera se lance a la calle para defender lo que es suyo.

Estoy seguro, aún así, de que los alicantinos no son indiferentes a lo que ocurre. Las voces de protesta se oyen y, además, no son pocas. Sin embargo, no parecen asustar a nadie, ¿será porque cada cual va a la suya?

Si me permitís dar consejos, ahí va uno.

Alicante necesita que todas y cada una de las personas que forman parte de ella decidan qué quieren que sea su ciudad. Eso significa que partidos políticos, asociaciones de vecinos, comerciantes, ecologistas, arquitectos, ingenieros, jóvenes, ancianos, amas de casa, usuarios del transporte público, promotores culturales, universidad, empresarios, hoteleros, restauradores, artistas, ciclistas, intelectuales… deben sentarse alrededor de la misma mesa y pensar sobre lo que la ciudad necesita, sobre lo que le sobra o no quiere, sobre sus posibilidades de futuro, sobre cuál es el futuro que le conviene, y, una vez acordado, sobre las medidas necesarias para conseguirlo.

Y, hecho esto, que quede claro, el futuro se construye entre todos porque todos lo queremos juntos. Y se construye, además, partiendo de un respeto profundo a sí mismo y a la ciudad. 

La cuestión es urgente porque el título de este post es únicamente un mantra que todos nos repetimos. 

6 comentarios en “La millor terreta del món

  1. Hace tiempo que los alicantinos mataron su «gallina de los huevos de oro». Esa mesa que propones no sería sino una jauría de voces reprochándose mutuamente el haber permitido llegar a tal grado de degradación (valga la redundancia). El pueblo vive en estado de engaño permanente sobre la realidad. La verdad se oculta tras las montañas de «notas de prensa» que emiten las instituciones públicas. Esto va cada vez peor. Lo siento.

  2. Yo no estoy tan seguro. Hay muchos alicantinos que no están contentos con la situación en la que se encuentra la ciudad, pero están dispersos. La plataforma de iniciativas ciudadanas, por ejemplo, funciona.

    Es verdad que la cosa no va bien y que cada vez parece ir a peor, pero bajar los brazos es una equivocación.

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