Herido en mi orgullo de blogger, recojo el guante que hace un par de días Riskott me lanzó en un comentario al post sobre la entrevista a Sonia Castedo. La historia es, muy resumida, la siguiente. De todo lo que la Alcaldesa de Alicante dijo hubo algo que me extrañó especialmente:
Pregunta: Además de los servicios y la construcción, ¿qué alternativas tiene Alicante para generar empleo?
Respuesta: Dígame una sola. Si alguien me dice qué posibilidades hay, nos ponemos en marcha.
Curiosa respuesta para un responsable público, ¿no? Si la Alcaldesa no tiene ninguna idea sobre cómo dinamizar la vida económica alicantina, apaga y vámonos.
Pero no es eso lo que os vengo a contar hoy. Riskott, con buen criterio, me hizo notar que las propuestas que yo puse sobre la mesa en el post eran voluntariosas, pero demasiado vagas. Y aquí estoy para enmendar mi vaguedad, no sé si con propuestas más concretas, pero sí con un post para redimirme. No creo que lo consiga.
Antes de nada, quisiera dejar claro lo siguiente. Si cuando accedió a la alcaldía de la ciudad la Alcaldesa de Alicante no trazó una hoja de ruta de lo que debía ser su mandato, empezó mal.
Pero, fuera como fuera, la Alcaldesa de Alicante no tiene ideas sobre cómo suoperar la dicotomía construcción/servicios en la base de la economía alicantina.
Antes de empezar, convendría tener claro lo siguiente:
1. Alicante no es una isla incomunicada con el resto del territorio de la provincia.
La ciudad está rodeada de un área metropolitana, y la provincia cuenta con, al menos, dos ejes importantes de población y de actividad económica: Benidorm y Elx.
Si la Alcaldesa de Alicante está buscando alternativas de empleo al sector de la construcción y al sector servicios sería bueno que empezara por mirar a su alrededor para analizar cuáles son las posibles sinergias que la ciudad puede crear con su área metropolitana y con el resto de la provincia.
Los instrumentos con los que el Ayuntamiento de Alicante cuenta son escasos y, seguramente, es eso lo que la Alcaldesa quería decir con su respuesta. Sin embargo, la ciudad puede generar economías de escala colaborando con los ayuntamientos de Elche o Sant Vicent, municipios menos enfocados al sector servicios.
2. ¿Es necesario cambiar substancialmente el modelo económico alicantino para crear empleo?
Alicante es una ciudad turística, comercial y de servicios. Lo ha sido durante décadas y su historia es la de una ciudad eminentemente comercial.
Para que os hagáis una idea, en Alicante existen 12.185 empresas de servicios frente a 823 empresas dedicadas a la industria, o 1.521 empresas vinculadas al sector de la construcción. En Alicante hay 73 establecimientos hoteleros -pensiones, hostales y apartamentos incluídos-, 403 restaurantes, cafeterías, bares o cafés, 211 bancos y 216 cajas de ahorro.
El 85,67% de la población trabaja en el sector servicios. Sólo un 6% trabaja en el sector industrial -en 794 industrias manufactureras y 25 empresas dedicadas a la producción y distribución de energía-, mientras que el sector de la construcción ocupa a un 7,72% de los trabajadores.
La vocación económica de la ciudad es bastante evidente y la capacidad de sus empresas para crear empleo también lo es.
Sin embargo, la ciudad cuenta con suelo industrial, en el área metropolitana el peso de las industrias es mayor que en la capital, y, por último, otros municipios de la provincia tienen una vocación más claramente industrial que la de Alicante.
Con todo ello en la mano, mi respuesta a la pregunta es que el Ayuntamiento de Alicante debe intensificar sus esfuerzos por situar al sector servicios en la punta de lanza de su modelo económico, pero debe también incrementar el peso de determinado tipo de industrias en el balance económico de la ciudad.
En el sector turístico, es necesario que la ciudad mejore sus accesos, ordene su crecimiento, recupere su patrimonio arquitectónico, incorpore nuevas tipologías a su oferta de turismo, innove en los reclamos turísticos que ofrece y ponga el acento en la calidad. En resumen, que el Ayuntamiento de Alicante supere efectivamente la combinación sol y playa como centro alrededor del cual gira la oferta turística de la ciudad.
En el sector servicios, el Ayuntamiento de Alicante debería ser capaz de facilitar y clarificar los trámites para la creación de empresas, reducir las cargas fiscales que dependen de él y orientar la reconversión de las empresas del sector inmobiliario hacia sectores de actividad más acordes con la realidad económica actual y de mayor proyección futura.
Los diferentes proyectos museísticos, culturales y de ocio que tanto el Ayuntamiento, como la Generalitat Valenciana o el Gobierno Central han puesto en marcha en Alicante -Ciudad de la Luz, Casa del Mediterráneo, MARQ, Fábrica de Tabacos, etc- pueden servir como palanca de tracción de otro tipo de actividades vinculadas a ellas. Convenientemente gestionadas -pienso sobre todo en la Ciudad de la Luz- pueden constituir un buen polo de atracción económica y de generación de oportunidades de negocio. El Palacio de Congresos y la Casa del Mediterráneo se encuentra también en la línea de estos proyectos.
En sector industrial, es importante que recordemos que un buen número de empresas están vinculadas al sector de la construcción y que la manufactura alicantina es escasa. Sería necesario, en este terreno, que el Ayuntamiento de Alicante, en colaboración con la Universidad de Alicante, animara a la inversión industrial en la ciudad en aquellas actividades industriales que suponen una oportunidad para la provincia. Estoy pensando en sectores como el de las técnicas de ahorro, reciclado y desalación de agua, el aprovechamiento de la energía solar, la innovación en materiales de construcción y en técnicas constructivas, la recuperación paisajística, las técnicas agrícolas, etc. Para eso es necesario que el Parque Tecnológico de la Universidad de Alicante sea una realidad. Hace falta investigación, desarrollo e innovación constantes.
Aquí, como en otros casos, la colaboración con el resto de municipios de la provincia es fundamental.
3. Superar la dependencia del ladrillo.
La mayor parte de la riqueza generada durante los últimos años en Alicante ha provenido del sector de la construcción y del sector servicios.
A lo largo de estos últimos años, el empresariado de la provincia de Alicante ha abandonado sectores tradicionales de actividad -muebles, alfombras, juguetes, calzado- para concentrar todos sus esfuerzos de inversión en el sector inmobiliario. En gran medida, la crisis de estos sectores responde al trasvase de capital desde la industria tradicional al sector inmobiliario.
Las empresas alicantinas deberán hacer su propia travesía del desierto. Efectivamente, el Ayuntamiento y el resto de AAPP puede hacer algunas cosas para ayudar, pero los instrumentos de los que dispone Sonia Castedo para eso son limitados.
En gran medida, dependerá de su capacidad para reformular su propio discurso y enfocarlo hacia la recuperación de los sectores tradicionales de actividad, mediante una apuesta clara por modificar el paradigma productivo de la ciudad, y de las sinergias que genere con el resto de municipios del área metropolitana de Alicante.
En definitiva, lo que la Alcaldesa puede hacer por Alicante para que las empresas vuelvan a generar empleo es una tarea ingente, a medio y a largo plazo, que requiere colaboración con el resto de Administraciones Públicas y municipios del área metropolitana, que necesita grandes dosis de colaboración y para la que, personalmente, todavía no ha demostrado cualidades.
Perdonadme el ladrillo.