Este blog nació con un objetivo, encender algunas luces en Alicante y evitar que las que ya existen se apaguen. ¿Qué queréis que os diga? Ahora, visto en perspectiva, pienso que fui un poco -bastante, más bien- pretencioso o que demostré ser un iluso completo. Es difícil que, escribiendo un blog, uno pueda encender o apagar luces, más si uno lo hace desde Cádiz o desde Sevilla -depende del día. En todo caso, sigo en ello porque, entre otras cosas, me ayuda a ordenar las ideas y también porque no me resigno.
Pero no es esa la cuestión que quiero tratar hoy en el post. La cosa no va de luces, la cosa va de polarización.
Lo que me preocupaba cuando empecé a escribir eran dos cosas fundamentalmente. Por una parte, el estado de degradación en el que se encuentra la ciudad de Alicante; o lo que es lo mismo, me preocupaba la degradación de los barrios, de las calles, de los edificios de Alicante.
Por otra parte, me preocupaba el estado de las cosas a nivel valenciano, las políticas de la Generalitat, el descuido de los servicios públicos, la degradación del paisaje, el urbanismo feroz que todo se lo comió.
Además, y como cuestión colateral, me interesaba pensar y escribir sobre el desprestigio de la política y sobre la situación general de la cosa pública en Alicante y en la Comunitat.
No es que haya dejado de interesarme por ello, pero lo cierto que es que cuando pensaba en la situación en la que se encuentran la Comunitat Valenciana, sus ciudades, los barrios, las calles y las casas, me dejé en el tintero las más de las veces, a las personas, los más importantes.
Desde hace algunos meses me doy cuenta de que la situación de las personas es la más preocupante. En la Comunitat Valenciana, en Alicante los ciudadanos se han polarizado de tal manera que la atmósfera es irrespirable en muchos casos. No tenéis más que leer los comentarios del Diario Información. Prácticamente no hay términos medios. También en este blog, la discusión se ha convertido, en algunos casos, en algo tan agrio que he tenido que borrar comentarios por improcedentes e insultantes.
Así, resulta imcompatible estar en contra de la gestión del President de la Generalitat y ser un buen valenciano; es imposible alabar cualquiera de las decisiones de Sonia Castedo -en su más mínima expresión- y, al mismo tiempo, querer el bien para Alicante; no se puede ser republicano y hombre de bien -reedición de la máxima que no sé si conocéis «valencià i home de bé, no pot ser»-; no cabe la posibilidad de criticar ninguna política del gobierno de España sin subirse a la parra y llamar traidor al Presidente del Gobierno.
Una de las cosas que nos explicaban en la Universidad era que los costes de información eran una de la razones que explicaban la escasa participación política de los ciudadanos. O lo que es lo mismo, saber si un pesticida es o no perjudicial para la salud requería, hasta hace no demasiado tiempo, unos conocimientos de los que sólo los instruídos en la materia disponían.
Internet ha cambiado ese paradigma, el acceso a la información es mucho más sencillo, a sólo una búsqueda en google, de manera que se han reducido a prácticamente cero los costes de información.
En buena lógica, pues, el cambio de modelo de acceso a la información debería habernos traído ciudadanos más informados, mejor posicionados, más conscientes y, por tanto, debería de habernos traído niveles más altos de participación ciudadana y de mayor calidad.
Pero no es así. En contra de lo que pudiera parecer, la información que la mayoría de los ciudadanos manejamos no es más rica, ni más contrastada, ni más imparcial, ni de mejor calidad, sino más sesgada, menos equilibrada, más visceral. De que esto sea así se encargan los partidos políticos, los medios de comunicación, los grupos de opinión, que lanzan sus mensajes al aire para que los respiremos.
Mensajes simplificados, grandes consignas, frases lapidarias, píldoras de información que los ciudadanos ingerimos sin ninguna dificultad y que vomitamos sin el menor problema.
Podéis comprobarlo. Los ciudadanos repetimos consignas en función de los mensajes que, por la mañana, elaboran los partidos políticos y que los medios de comunicación afines se encargan de propagar, con mayor o menor sesgo.
Ayer por la noche, ví cómo TeleMadrid cubría la información sobre la declaración de Francisco Camps ante el juez y os aseguro que la sensación que tuve fue la de una plácida visita del President al juzgado, arropado por los suyos y jaleado por cientos de adeptos.
Todo esto os lo digo porque, después de mucho tiempo escribiendo en este blog, mi principal preocupación ahora es el aborregamiento al que hemos llegado los alicantinos de uno y otro signo, y el maniqueísmo de los comentarios, los pensamientos y las reflexiones de uno y otro bando. La polarización.
Una polarización que, en realidad, sólo contribuye a simplificar la realidad -muy rica, por otra parte- de la ciudad.
Ayer leía entre los comentarios a una noticia una exaltación de las bondades turísticas de la ciudad de Alicante que era respondida con comentarios a favor y en contra de Francisco Camps o el Presidente del Gobierno.
Bien, pues ni Alicante es la perla del Mediterráneo, ni la culpa la tienen sólo Zapatero o Camps.
A ver si nos vamos enterando. La información está en google. Sólo es cuestión de un click.
no sabéis lo difícil que es encontrar una foto de un polo en condiciones.
Bueno, no tan difícil, en realidad.
Yo te voy a hacer una confesion a medianoche. A mi me cansa bastante que cuando estoy con gente conservadora (facha) se me acabe tildando de ser un «sociata» y cuando estoy con gente mas de izquierdas (progre) de ser un «neoliberal». O cuando estoy con madrileños ser un procatalan y cuando estoy con amigos catalanes o vascos de ser españolista.
Como alguien dijo por ahi, este es un pais de hinchas…
pues si pues si…. esto es lo que hay amigos.
Como decia Edward Kennedy y sólo cambiando una palabra…»La politica para los ciudadanos es como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está mal».
Pues eso, siempre lo digo. Yo tambien estoy harto de tanta radicalidad. Pero no nos engañemos, esto ha existido siempre, y antigüamente no habia información como hoy en día.
Lo que ocurre es que los políticos son los primeros en crear estos conflictos, estos odios, este desequilibrio.
En fin, como tambien decia scarlett…»mañana sera otro dia»
Ánimos Alfred ;P
Mas información y más ruido también. Veo que este post y sus comentario va de frases y proverbios. Ahí va el mío:
«El que tiene un reloj sabe la hora, el que tiene 2 duda»
El cerebro tiene un limite de información que quiere asimilar y los medios ya se encargan de que sea sobre OT, fama, o cualquier otro reality, o futbol (metadona para el instinto guerra entre paises, clanes, etc…).
Lo dicho, ánimos Sr. Charques. Este blog lo leen los que si que buscan en Google.
En serio, es que no hay manera de tener una opinión equilibrada. Por experiencia os lo digo, no me publican ni un solo comentario equilibrado. Ni en Información, ni en EL PAÍS.
Alucino con los comentarios que leo y pienso, pero si el mío aportaba algo a la discusión! ¿por qué no lo publican?
😀 Gracias Santi!
Alfredo, te cuento una anecdota tonta pero significativa. Una vez a mi madre la abordo en la calle algun reportero del diario Informacion y le pregunto si le parecia interesante que los famosos vinieran a veranear a ALicante (Por aquel entonces en los veranos hacian el programa Tombola en alicante, tipica pregunta chorra) y mi madre contesto con todo el sentido comun del mundo que realmente le daba igual.
Pues bien, 2 o 3 dias despues salia una seccion en plan los alicantinos responden e incluian esa pregunta y entre muchos salia mi madre a la que le habian puesto la siguiente respuesta: » A mi dan igual esos famosos, por mi que se queden en su casa y si no quieren venir que no vengan»
Osea como tu dices un comentario en este caso soso si, pero cabal, habia sido completamente manipulado buscando un posicionamiento y una polarizacion. Es una bobada pero me da la impresion que ese prisma se aplica a cosas mucho mas serias y los politicos cinicamente tambien lo saben.
Sí, lo saben y lo aprovechan. Buscan la confrontación simplona, no el debate sobre ideas o proyectos.
Así nos mantienen entretenidos.
Alfredo, creo que has dado muy en el clavo con este post.
Yo soy del PP en temas de educación. Esta gente está todo el día hablando del esfuerzo y del mérito, y me parece que la clave de la educación es realmente así de simple, por más que se empeñe ZP en vendernos la tecnología an las aulas.
Con esto quiero decir que la facilidad de acceso a la información en realidad produce lo siguiente: para qué me voy a esforzar en aprender lo que es un potencial de acción (por ejemplo) si lo puedo mirar en la wiki en 0.05 segundos cuando lo necesite.
Pues creo que esto pasa un poco con todo, incluido el entendimiento que tenemos los ciudadanos de lo que pasa en en la sociedad. Todo acaba amarrado con hilos.
Yo recuerdo, vagamente ya, cuando hace años sólo me leía el periódico una vez cada mes, como mucho, y lo comparo con lo que hago ahora: me leo 3 ó 4 todos los días por internet. Eso sí, ya no recuerdo la última vez que me leí un periodico pausadamente, como hacía antes.
Y la verdad es que pienso que no sólo antes estaba mejor informado sino que ahora estoy desinformado. Pero no lo puedo dejar. Qué vicio.
Hace casi un año, cuando vine a vivir a Alicante, estuve varias semanas sin internet y… sentí paz.
Has abierto otro tema muy bueno para la reflexión. El del uso de las TIC en las aulas y la forma en que eso afecta a los modelos pedagógicos.
Es decir, no es lo mismo tener que consultar una enciclopedia -al uso, me refiero- para saber algo, que teclear en google para acceder a la información. El papel del profesor, en ese nuevo paradigma, es diferente, también el del alumno.
Con el esfuerzo, efectivamente, como base de la educación, creo que la clave está en que el papel de alumno y profesor sean revisados. El profesor ya no es el factotum del aula, el alumno tiene ya mucho que aportar. El papel del profesor es ahora más que nunca el de un guía para el alumno, no el de un simple dictador de apuntes.