Hoy escribo como un pofesional del tema, desde el Evento Blog España en Sevilla.
Al tema.
Mientras Sonia Castedo se arremanga para plantar flores y césped artificial en toda la ciudad, los vecinos de Alicante se dedican a sustraer las flores. Es decir, cuando los operarios municipales le echan las cuatro gotitas de agua a la flor para que coja y se giran, ya hay un vecino escondido tras una esquina dispuesto a robarla.
Por muy guapa, guapa, guapa -un lema, por cierto, que es el resultado de mezclar la semana santa con el Barcelona posa’t guapa del Ayuntamiento catalán- que el Ayuntamiento quiera poner la ciudad, sin la colaboración de los vecinos, será imposible. Personalmente, me parece que somos bastante cutres si no podemos acercarnos a un vivero y comprar una macetita por tres euros. El cuidado de la ciudad empieza por los propios ciudadanos, si así vamos le estamos enviando un mensaje muy peligroso a las administraciones. El mensaje sería el siguiente:
Me la trae al fresco como esté la ciudad.
Y supongo que no es así. Aunque no sé qué pensar a la vista de la siguiente noticia.
Sabéis que hay un debate sobre la conveniencia o no de derribar la estación de autobuses. Yo soy de la opinión de que el edificio merece protección integral y no sólo la bóveda y los frescos, incluso los andenes pueden utilizarse en una futura plaza pública.
Se me ocurre por ejemplo que pueden servir para enredar plantas trepadoras y ser un espacio de sombra en esa plaza.
Sin embargo, los propios vecinos creen que la estación debe ir al suelo. Yo creo que es un ejemplo de miopía general en esta ciudad en la que ni los propios ciudadanos están implicados en el mantenimiento de la belleza de la ciudad.
Así vamos.