Llevo ya varios días queriendo hablaros de esta cuestión, pero no encuentro el momento. Se trata de la instalación de IKEA en Alicante.
A mí personalmente no me hace muchísima gracia que IKEA plantifique un centro comercial en Alicante -aunque me debato entre dos opiniones-, y sobre todo me hace muy poca gracia que la opción que a la multinacional más le guste sea precisamente el Plan Parcial de Rabassa.
El temor principal es que IKEA sea el golpe de gracia al sector del mueble alicantino. Me explico, los precios de IKEA son muy competitivos, IKEA vende diseño -vale, diseño igual para todo el mundo, pero diseño al fin y al cabo, no nos pongamos exclusivos-, la cadena logística de IKEA es difícilmente comparable a la de las firmas del mueble alicantino y valenciano, IKEA es perfectamente reconocible y, en definitiva, una amenaza.
Desde otro punto de vista, sin embargo, creo que IKEA puede significar un aliciente para nuestros productores y fabricantes de muebles. El sector del mueble puede conseguir la diferenciación mejorando sus cadenas logísticas, innovando y creando productos de vanguardia y diseño.
En cualquiera de los casos, me opongo a que IKEA se aproveche del pelotazo de Ortiz, Alperi y lalcaldesa, e instale su centro comercial en un lugar por el que cada uno de los alicantinos tendría que dejarse al menos un diente cuando llegue el momento de pelear por él.