La política valenciana

El presente y el futuro de la política valenciana son un enigma de difícil solución.

Así, en un ambiente general de sospechas de corrupción política y de degradación de los servicios públicos, la versión más dura del Partido Popular obtiene mayorías absolutas consecutivas sin síntomas de fatiga aparentes entre una población que se declara mayoritariamente de centro (un 40% de los valencianos afirman ser de centro).

En este escenario, el principal partido de la oposición encuentra serias dificultades para ejercer como alternativa al PP en las diferentes citas electorales nacionales, autonómicas o municipales; tres candidatos -Joan Romero, Antoni Asunción y Joan Ignasi Pla- se han erigido desde 1997 como adalides del cambio de tendencia conservadora en la Comunitat Valenciana. Ninguno de ellos ha cosechado éxitos electorales dignos de despertar las esperanzas de un cambio de ciclo en la vida política valenciana.

Por su parte, el resto de partidos progresistas viven un proceso de constante atomización y lucha interna que hace prácticamente imposible la construcción de un discurso firme y coherente, complementario al del PSPV.

Ante este panorama, los valencianos votan sistemáticamente al Partido Popular quizá como el menor de los males, aunque tenéis que permitirme que lo dude.

No es complicado entrever las razones por las cuales la política valenciana se mueve por los caminos actuales leyendo la prensa diaria. 

Un buen ejemplo son las distintas mociones de censura que han tenido como protagonista al Partido Popular desde las elecciones municipales de 2007. El último movimiento se ha producido en Calp, símbolo de la recuperación del progresismo valenciano en tierras alicantinas.

A la vista del próximo pacto Bloc-PP, esa recuperación cada vez parece más débil y muestra que la vida política valenciana no se mueve en los previsibles ejes izquierda-derecha y valencianista-nacionalista (entiéndase el matiz), sino en un entramado de intereses personales y sectoriales que deja al margen a los ciudadanos o, mejor, se desarrolla con la silenciosa complicidad de una gran parte de ellos.

Aunque a tenor de estos movimientos y de la amarillización de la vida política, sería de esperar que la ciudadanía mostrar un creciente rechazo por ésta, no hay síntomas de fatiga.

Si tomamos como termómetro del nivel de implicación en la vida política la participación en las últimas elecciones generales, nos daremos cuenta de que los valencianos no nos contamos precisamente entre los ciudadanos menos politizados del Estado.

Según datos de las últimas elecciones generales con una media del 75.32% de participación, sólo La Rioja (80.76%), la Comunidad de Madrid (80.84%), Castilla la Mancha (80.62%) y Murcia (80.46%) registraron índices de participación superiores a los de la Comunidad Valenciana (79.63%).

Por su parte, los socialistas están enfrascados en un proceso de renovación y acercamiento a la sociedad valenciana que va camino de durar 15 años, y que no consiste en un debate público sobre ideas y proyectos, sino básicamente sobre caras, familias, afinidades personales y lealtades orgánicas. 

En el tiempo que dura este debate, el Partido Popular se ha instalado cómodamente en todos los estamentos de la administración, ha ocupado todo el espacio político disponible, y ha relegado al PSPV a una posición de comparsa, de secundario en la vida política valenciana.

Esta aparente posición secundaria del PSPV está retroalimentada por la incapacidad socialista para construir -o al menos transmitir- un proyecto sólido y coherente, hasta tal punto que ha calado en la sociedad y lleva camino de eternizarse. 

Si el congreso que los socialistas valencianos celebran este fin de semana es capaz de ofrecer a los ciudadanos una alternativa de futuro a la administración del Partido Popular, si esa alternativa está clara en las mentes de los dirigentes socialistas y, por último, si estos son capaces de transmitirla a la sociedad valenciana de forma unánime, la posibilidad de que el futuro de la política valenciana sea otro empezará a vislumbrarse.

Y esa alternativa ha de pasar, desde mi punto de vista, por un compromiso claro con fundamentos más cercanos al socialismo del siglo XXI que al centro político que, tibiamente, el PSPV empieza a defender como horizonte.

Así, la transparencia en la vida pública,la planificación ordenada del territorio y de su desarrollo, la mejora de los servicios públicos y la ampliación de las bases de protección social, la modernización e internacionalización de las estructuras productivas de la Comunitat Valenciana, la lucha contra la pobreza y la exclusión, la protección del Medio Ambiente, o la plena participación de la Comunitat Valenciana en un proyecto autonómico basado en la solidaridad, deberían ser las bases del proyecto socialista que salga del congreso del próximo fin de semana.

Los ciudadanos valencianos sabrán agradecer el esfuerzo socialista.


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La culpa de todo la tiene Yoko Ono

Mantra repetido hasta la saciedad para echar la culpa a alguien de algo que era inevitable, la disolución de los Beatles.

Actualización del mantra: la culpa de todo la tiene Zapatero.

Revisión de la historia:

Luego sigo.

Ya es luego.

La primera noticia de hoy tiene que ver con Carlos McCartney Fabra. Una juez del Juzgado Número 1 de Nul·les, famoso por lo poco que duran los jueces en él, ha pedido que se investiguen las cuentas de Fabra en varios bancos de Castellón. Veremos si la cosa llega muy lejos. Yo creo que no.

Pero vamos a lo que vamos. Debate de Política General, el Molt Honorable President de la Generalitat Francisco Lennon Camps no defraudó a la parroquia, ni faltó a un guión escrito desde hace cuatro años, y echo la culpa de todos, absolutamente todos los males de la Comunitat Valenciana a Yoko Luis Rodríguez Zapatero.

Si la sanidad valenciana es un desastre, la culpa es de ZP que no destina suficientes recursos; si la ley de dependencia no se aplica, es culpa de ZP que no trasfiere dinero a las arcas de la Generalitat; si la tasa de paro es la que más crece en el conjunto del Estado, la culpa de la crisis es de ZP; si el endeudamiento de la Generalitat es asfixiante, la culpa es de los socialistas que no creen en el modelo de gestión de Camps; si una institución del Estado -la Generalitat Valenciana- declara la guerra a una ley educativa aprobada por el Congreso y monta un esperpento, la culpa es de los docentes -socialistas seguramente- que son un os rebeldes; si la tasa de fracaso escolar es tan alta en la CV, la culpa es de las leyes educativas de ZP. 

Os dejo aquí un artículo sobre las medias verdades de Camps y las de su contrincante Luna.


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La sensatez, las bases del PSPV, el PGOU

Hoy he leído una noticia en EL PAÍS que me ha alegrado bastante; las bases del PSPV han hecho tantas enmiendas a la ponencia marco del próximo congreso del PSPV que, como decía Alfonso Guerra, no la va a conocer ni la madre que la parió.

Como sabéis, en resumen, la ponencia proponía el cambio de nombre del partido, de Partit Socialista del País Valencià a Partit dels Socialistes de la Comunitat Valenciana, y un giro al centro. Al parecer, las bases no consienten ni una cosa ni la otra.

El aparato del partido pretendía que el acercamiento del PSPV a la sociedad valenciana estuviera basado en la incorporación al discurso socialista de algunas de las políticas que el PP ha puesto en marcha durante estos años, como la privatización de los servicios públicos o la excesiva permisividad con el sector inmobiliario, y en la aceptación tácita del encaje de la Comunitat Valenciana en el conjunto del Estado que la derecha valenciana ha venido defendiendo desde la transición.

Las bases del partido han dicho que nanai de la China, que el socialismo valenciano ha de tener un discurso y un programa político propio. En fin, que el secreto del éxito de los socialistas en las próximas elecciones autonómicas ha de pasar no por la reiteración de las malas prácticas del PP, sino por poner el acento en políticas públicas más justas, en la atenta escucha de la sensibilidad de sus votantes, y en la no aceptación de tutelas, ni tutías -que decía Fraga.

Y atención, ya hemos conocido algunos datos del nuevo PGOU que Sonia Bulldozerlalcadesadelfindalperi Castedo sacará a la consideración pública el próximo día 13 de octubre:

  • Incremento de la altura máxima de 10 a 14 plantas en zonas de expansión; eliminación de los áticos, sobreáticos y entresuelos para unificar los criterios de altura de las edificaciones.
  • Expansión de la ciudad hacia el suroeste, de San Gabriel a Agua Amarga, y hacia el noroeste en las partidas rurales.
  • Incremento de la superficie de zonas verdes, de 3 a 14 millones de metros cuadrados.
  • Soterramiento de Conde de Vallellano y Juan Bautista Lafora.
  • Un Plan Parcial «Camino de Benimagrell» de 6.000 viviendas.
  • Rabassa y Pino Ruaya quedan fuera del PGOU.

¿Comentarios?


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lalcaldesa, los centros comerciales, la crisis

INFORMACIÓN publicó ayer una noticia como mínimo sorprendente -bueno, en realidad, sorprendente ya no hay nada en la vida valenciana. Resulta que está previsto que, en los próximos años, en la provincia de Alicante haya un total de 32 centros comerciales con una superficie total de 1.87 millones de metros cuadrados.

Según el fuentes de la Asociación Nacional de Centros Comerciales -que existe y comparte siglas con la Asociación Española Contra el Cáncer- el sector no sufre la crisis en la misma medida que lo hacen los pequeños comercios.  

En la ciudad de Alicante, concretamente, está previsto que se construyan dos centros comerciales más que vendrían a sumarse a Plaza Mar II, Puerta de Alicante, Gran Vía, Panoramis y Parque Vistahermosa. En total, pues, siete centros comerciales para una población de medio millón de habitantes si sumamos el área metropolitana. Salimos a centro comercial cada 75.000 habitantes.

Si hacéis el mismo cálculo en número de usuarios por hospital y siendo muy generoso, salimos a hospital por cada 165.000 habitantes. Y vosotros diréis: está mezclando churras con merinas; ¡demagogia!. Puede ser.

Pero no os olvidéis de que los centros comerciales están normalmente situados en las afueras de las ciudades, así que requieren recalificaciones de terrenos, la construcción de vías de comunicación, la habilitación de rutas de transporte público o la reordenación del territorio. Es decir, un centro comercial necesita inyecciones económicas por parte de las administraciones públicas. No cabe duda de que también generan beneficios económicos y sociales; por ejemplo, son, como los campos de golf, un polo de atracción para los promotores inmobiliarios; generan empleo -discutamos, si queréis, si es el tipo de empleo que vosotros o vuestros hijos preferís; engordan las cuentas de resultado de los grandes monopolios textiles; de las grandes cadenas de supermercados, de capital mayoritariamente extranjero, etc.

Pero sobre todo, empobrecen la oferta comercial de las ciudades. No olvidéis que en el centro de Alicante existen pequeños comercios que también necesitan inyecciones económicas de las administraciones públicas y que, a diferencia de los grandes centros comerciales, sufren la crisis cada minuto.

Ahora se me ocurre por ejemplo que los pequeños comercios del centro de Alicante necesitan que el centro de Alicante sea un lugar digno de ser visitado; también estoy pensando en la necesidad de programas de formación para el uso de las TIC, de líneas de crédito público para la especialización comercial, de ayudas para la contratación de personal, o de planes para la creación de sistemas de distribución competitivos.

Estoy seguro, no obstante, que la nueva alcaldesa de Alicante ya tiene en mente todas estas cuestiones y se opondrá, de buen seguro a la instalación de dos nuevos centros comerciales en Alicante. Su sentido común y el nuevo estilo que quiere imprimir a la gestión municipal lo hacen pensar a tenor de la entrevista que INFORMACIÓN publicó ayer. Os doy unos cuantos extractos.

Quiero una ciudad con mucha zona verde (…) una fachada litoral desde Playa de San Juan hasta Urbanova (…) donde la estética (…) sea muy importante (…) que la vista te atraiga.

Alicante sufre un problema importantísimo con los graffitis (…) hay muchas cosas que dan imagen de suciedad y abandono 

Yo voy a cambiar la estructura de la Gerencia Municipal de Urbanismo.

El tráfico en esta ciudad funciona mejor que en otras (…) en Vigo (…) el tráfico es absolutamente caótico.

¿De verdad algún alicantino puede creer que el trabajo de más de 20 personas en la oposición se ve en esta ciudad? (…) lo único que les preocupa es destrozar la imagen de un alcalde y un equipo de gobierno; no se dedican a trabajar (…) ¿Cuánta gente sabe que Castedo no está imputada en el caso de los aparcamientos, o en el de Benalúa sur?

Los recortes (presupuestarios) (…) no van a afectar a temas importantes para la ciudad.

Me voy a mantener al margen (del proyecto de PuertoAmor) y espero que si sale se tenga en cuenta que no se puede deteriorar la playa de la Albufereta, que es una joyita de Alicante.

En determinadas ocasiones, los intereses de los ciudadanos son los que tienen que primar.

Aunque no estoy muy seguro de cuáles son los temas de interés ciudadano para la nueva alcaldesa de Alicante. En el mismo número de INFORMACIÓN, el de ayer, conocemos que el próximo pleno del Ayuntamiento de Alicante elminará una partida de ocho millones de euros destinada a VPO.

Mientras tanto, os recomiendo este artículo.


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¿Más de lo mismo?

Tiene una categoría para ella solita en este blog y, por si fuera poco, además va a ser la nueva alcaldesa de Alicante.

Sí, es ella, es SONIA BULLDOZER CASTEDO.

Llegó con la cafetería de la Isleta y, desde entonces, no se ha marchado de nuestros corazones. 

Aquí os dejo los posts sobre Sonia Castedo que he publicado en el blog por orden cronológico para que no nos llevemos a engaño; aunque yo querría que las cosas fueran diferentes, en realidad soy pesimista sobre la manera de llevar las riendas de esta ciudad de Sonia Castedo.

Hasta ahora, sólo ha demostrado prepotencia, indiferencia, revanchismo y mala baba, así que no creo que una nueva alcaldesa sea capaz de cambiar los tics autoritarios de la derecha alicantina. Personalmente creo que una concejala de urbanismo que necesita prórrogas para redactar un PGOU después de tantos años sin Plan General, no es una buena gestora.

Tampoco creo que Sonia Castedo sea la persona adecuada para conseguir sinergias con la oposición, llegar a pactos, ceder o escuchar a los ciudadanos.

La misma persona que reía a carcajadas después de decir que la marcha de Etelvina Andreu era una pérdida irreparable para la ciudad, que lanzó una moneda al aire para decidir sobre los sueldos de la oposición, que llamó horterada a la Cafetería de la Isleta o que restructuró la gerencia de urbanismo para que los técnicos no le dijeran que no a nada, no es de fiar. Castedo no será una buena alcaldesa.

Ah, y para los despistados, no es guapa, sólo es rubia.

Castedo y la Isleta.

En sus trece.

La Isleta en el Recuerdo.

Los arquitectos, esos tozudos mantenedores de cosas, horteradas y vigas.

Calentito.

El final de la Isleta.

Oposición ejemplar y ¿dónde estás Etelvina?

Lo de Siempre.

Se ríen de nosotros.

Biodiésel.

Agua Amarga.

Agua Amarga (III).

La Ventana.

Varias Cosas.

Castedo y los técnicos de Urbanismo.

Agua para todos en el campo de golf.

En el clavo.

Ideas Peregrinas.

El PSPV, Agua Amarga, Pilatos Castedo y La Casa del Mediterráneo.

Etelvina Andreu o ¿en qué piensa el socialismo alicantino?

El Cabanyal.

Los síntomas de la miopía.

Excelentísimo Ayuntamiento de Alicante e Hijos.

Sácame los ojos, Sonia.

El paraíso terrenal.

Una banda de música IDEAL.


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Se fue

La SER ha informado en el boletín de las seis -iba conduciendo y casi me salgo de la carretera de la sorpresa-, EL PAÍS lo recoge ahora mismo en la portada, también INFORMACIÓN.

Luis Díaz Alperi, Luis Bernardo para los conocidos, ha dimitido, se marcha, deja la alcaldía de la ciudad después de 14 años de despropósitos, imputaciones, tufillos a corrupción, tejemanejes y despropósitos.

En su haber, el centro comercial de la Goteta, el proyecto de ubicación del Palacio de Congresos en el Benacantil, el Plan Rabassa -votado con la complicidad vergonzosa del PSPV alicantino y la honrosa negativa de EU-, el crecimiento desordenado de la ciudad, la pérdida del patrimonio arquitectónico de la ciudad, la manga ancha a la especulación, el amiguismo, las declaraciones fuera de tono sobre casi todo, el desprecio a las instituciones públicas, a la oposición, a los inmigrantes, a los musulmanes y a los alicantinos.

Incomprensiblemente, Luis Díaz Alperi ha ganado cuatro elecciones consecutivas a pesar de haberse demostrado un pésimo gestor, un político de medio pelo y un demagogo. Se marcha el peor alcalde de Alicante desde la democracia y nos deja como substituta a su Concejala de Urbanismo, a Sonia Castedo. 

Un rayo de sol, oh, oh.

Sí, es cierto, Sonia Castedo tiene en su currículum el derribo de la Isleta, la permisividad con los constructores, el desprecio a los técnicos de urbanismo del Ayuntamiento de Alicante y una perla reciente, muy reciente. Una moneda echada al aire para decidir si el Ayuntamiento de Alicante retira el sueldo a los concejales socialistas.

Pero Sonia Castedo no es Luis Díaz Alperi, empieza un ciclo nuevo.

A celebrarlo a la Plaza de los Luceros, señores.


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la paga de los niños

Díaz Alperi ha perdido la paciencia; Luis Bernardo está harto de que los socialistas le paguen con denuncias a la Fiscalía Anticorrupción los servicios prestados por el Ayuntamiento a la oposición -ordenadores, despachos y asesores- y amenaza con reformar el Reglamento Orgánico del Pleno para quitarles el sueldo a los concejales del PSPV.

Los socialistas, que van de bravucones, le han respondido que ni cortando el chorro del dinero público logrará el alcalde acallar sus voces lo cual, entre nosotros, tampoco es mucho decir.

Política de patio de colegio.

Pasado, presente y futuro de Alicante

Esta mañana me he desayunado con una carta al Director de INFORMACIÓN que me ha revuelto el corazoncito. La carta la firma Ricardo Padilla de la Colla Sant Anton de las fiestas del Raval Roig. En la carta se recuerda Alicante, a sus gentes y a sus tradiciones. Acaba con el siguiente párrafo:

«Alicante, por encima de su modernidad, sus obras y sus fortuitos grandes eventos, sigue viva en su esencia más profunda gracias a su gente más humilde y olvidada que sobrevive en sus barrios históricos como San Roque, Santa Cruz y el Raval Roig»

Las fiestas del Raval Roig han cumplido su 168 edición, y son las más antiguas de la ciudad, de forma que, sin quererlo quizá, hacen que Alicante ponga un pie en su pasado y recupere un casticismo que la ciudad ha ido perdiendo progresivamente durante casi cuatro décadas.

No es un secreto que Alicante ya no es ni la sombra de lo que fue, que la ciudad ha perdido las herencias de su pasado, las que la hicieron una ciudad encantadora, la millor terreta del món, entre campos de almendros y el azul del Mediterráneo.

Alicante ha substituido durante décadas esos elementos por otros de una modernidad discutible que ha arrasado sus tradiciones, su herencia cultural, arquitectónica, social y lingüística; una modernidad que da la impresión de que puede con todo. Despropósitos, aberraciones, desinterés, especulación, desidia e intereses discutibles se han ido acumulando desde los años cincuenta en Alicante de modo que la ciudad ya no es una tranquila ciudad de provincias, recoleta, románticamente marinera, la millor terreta del món.

Alicante es otra cosa, pero ¿exactamente qué?

Puesto que el pasado desaparece y el presente es extraño, sólo podemos fijarnos en el futuro; ese futuro es poco alentador si no comenzamos ya a trabajar para que los errores cometidos hasta ahora no se vuelvan a repetir.

Alicante es una ciudad eminentemente turística, una ciudad de servicios. Esa ciudad turística cuenta con un atractivo extraordinario, el mar Mediterráneo, y un excelente puerto que debería ser una carta de presentación para la ciudad del más alto nivel.

Hoy INFORMACIÓN publica que un juzgado de Alicante ha rechazado el recurso de Biodiésel Alicante contra la denegación municipal para establecerse en el muelle 19 del Puerto de Alicante. O lo que es lo mismo, Biodiésel Alicante no se instalará en el puerto salvo que recurra la sentencia.

Es una buena noticia, pero no es una excelente noticia por dos razones. En primer lugar, Biodiésel Alicante no se marcha del puerto, se marcha de la ciudad y, aun existiendo suelo industrial en la ciudad, con su marcha hemos perdido una gran oportunidad para diversificar la actividad económica de Alicante. En segundo lugar, la marcha de la empresa no responde a un conflicto entre la planificación del crecimiento del Puerto o de las actividades que ha de albergar, sino a un cambio de postura improvisado por parte del Ayuntamiento de Alicante.

En ese sentido, Esquerra Unida se ha encargado de recordarle al Ayuntamiento que queda pendiente la instalación de silos de cemento y depósitos de combustible en la misma zona de ampliación del puerto. 

Los responsables municipales de Alicante tienen, pues, por delante de sí una ingente tarea que no tiene que ver tanto con los desmanes del pasado, sino con la construcción de un futuro apetecible para la ciudad y para sus ciudadanos. En ese futuro están incluidas, entre otras, la recuperación, preservación y puesta en valor del patrimonio arquitectónico de la ciudad; la diversificación de la actividad económica; la dignificación de la oferta turística de Alicante, y el modelado de una estrategia de crecimiento social y económico, sostenible y deseable.

Personalmente creo que ni gobierno ni oposición municipal están capacitados para ello.


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Urbanización + deforestación + erosión + Alicante= destertización

Mis padres se han puesto ONO. ¿Y a mí qué mi importa?, pensarás tú.

Pues, aunque sea de rebote, te importa.

Como yo en mi tele sólo tengo los canales de andar por casa y la oferta es más bien malilla, pues me he pasado un buen rato estas vacaciones delante de la televisión.

Buscando, buscando, entré en el videoclub gratuíto, en la sección de Documentales. Uno me llamó la atención, el título, impactante: Desiertos, destructores de civilizaciones (parte 1); así, que lo puse a ver qué era lo que me contaban.

Mientras una voz en off explica qué es un desierto, aparecen imágenes del desierto del Sáhara, de unas vides secas, de tierra resquebrajada… en fin, lo normal de cualquier desierto. A continuación, veo una imagen que me llama la atención.

Pienso «eso me suena». Un señor juega al golf con una montaña al fondo, la silueta inconfundible, el Cabeçó.

¿Qué? sí, señor, el Cabeçó.

La siguiente imagen, Benidorm.

¿Cómo?

No puede ser. ¿Qué civilización antigua de la costa de Alicante fue destruída por el desierto? Ninguna, ¿no?

«Pues claro que no, hombre» parece responderme la voz en off. Lo que te voy a contar es cómo un desierto puede aparecer por causas humanas. Y te voy a poner dos ejemplos: Islandia y el Sureste de la Península Ibérica.

No os voy a contar todo el documental, pero sí os voy a dar una cifra.

El gasto medio de agua por habitante y día en el conjunto de España en el año 2006 fue de 160 litros, en Alemania o Inglaterra -mucho más lluviosas que España- la media es de 150 litros; el gasto medio de agua por habitante y día en Benidorm es de 850 litros. Más de cinco veces la media nacional.

Las cifras, los ejemplos, las experiencias… es una locura, hace tres semanas que pienso en ello y me pregunto en qué narices estamos pensando ciudadanos y políticos.


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Educación, Sanidad y Fórmula 1

El circuito urbano de Fórmula 1 de València ha quedado precioso y la carrera fue una maravilla, de categoria, xe. Es probable que muchos no nos demos cuenta, señores, pero somos seguramente los ciudadanos más afortunados del orbe. El domingo de la Fórmula 1 de València, el informativo de Canal 9 se encargó de recordárnoslo. La frase fue, creo que literalmente, la siguiente: cap altre territori en el món pot pressumir de tindre la quantitat de grans esdeveniments que té la Comunitat Valenciana.

Por si os contáis entre los desagradecidos os los recuerdo: Alicante, la Volvo Ocean Race; Castellón, el master de golf en el campo de Fabra; y, en València, la F1 y la Copa América.

¿Y todavía hay ciudadanos que se quejan? ¿pero qué es lo que quieren?

Estos valencianos no están contentos con nada.

Pero si en poco más de un año la Generalitat ha desembolsado 80 millones de euros para que el circo de la Fórmula 1-y subrayo circo porque está lleno de payasos-, un negocio enorme para los Berlusconni, Agag, Ecclestone o Mosley se hagan de oro, inunde las calles del cap i casal.

¿No querían pan y circo? Pues toma circo. Y el pan…

Hoy EL PAÍS publica que la Conselleria d’Educació debe 40 millones de euros a 27.000 profesores e interinos; ayer nos enteramos de que el gasto medio por habitante en salud es, en la Comunitat Valenciana, 155 euros inferior a la media nacional; INFORMACIÓN publica hoy que el 50% de los niños de 4 y 5 años no tendrá este año profesor de inglés; ayer EL PAÍS publicó que el Consell está a la cola del gasto medio por alumno pese a ser la Comunidad Autónoma que más gasta en Educación y aunque, eso sí, lideramos el porcentaje gastado en conciertos educativos, 8.000 alumnos valencianos comenzarán el año escolar en barracones.

Os recomiendo también este artículo del Blog Alicante/Alacant Siempre sobre las fundaciones y empresas públicas de la Generalitat, y la oscuridad de la deuda valenciana.

Así pues, pese a que Francisco TDI Camps debe de estar que se sale de contento -un gran evento más que sumar a la lista de grandes eventos y proyectos megalómanos- los valencianos tenemos muchas razones para estar descontentos.


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