Estos días en los que he estado de vacaciones prácticamente no he leído los periódicos así que, cuando he ido a leerlos, pensaba que a lo mejor la Semana Santa había conseguido que los poderes públicos valencianos hicieran acto de contricción, penitencia, redimido sus pecados y resucitado inmaculados.
Pero no.
¿Recordáis el asunto del campo de golf de Fabra? Podéis leer algo aquí.
Hoy EL PAÍS publica un nuevo capítulo de este nuevo pelotazo castellonense. El proyecto que, en principio, iba a costearse a través de la iniciativa privada, ya ha sangrado a los valencianos 1,3 millones de euros de dinero público, mío y tuyo, que no se te olvide. Dinero público que, como va al campo de golf de Fabra, no se utiliza para mejorar los servicios públicos de sanidad, construir nuevos colegios, rehabilitar el Barrio de Alicante o fomentar la I+D+i en la Comunitat Valenciana.
La cuestión es que empiezo a pensar que en Castellón nos superan a los alicantinos en cuanto a menfotisme.
Es terrible. Ese señor de eternas gafas es la cosa más bestia que he visto hace tiempo en política.
!Pero que políticos tan nefastos tenemos en Levante deumeu!
Saludos
Gracias por tu comentario.
Ni que lo digas. Yo, a pesar de que cada día hablo de ello, no dejo de sorprenderme con la capacidad de los valencianos para que nos saquen la sangre mientras nos importa todo un carajo.
[…] sabréis, Carlos Fabra cree que quienes pidieron su dimisión en el pleno de la Diputación Provincial de Castellón son […]